Saber perder es lo más difícil en el deporte -y en la vida-, y por ende, en el fútbol. Decimos que Mourinho no sabe perder cuando sale a rueda de prensa despotricando, con el famoso por qué salido de la rabia de la derrota, con quejas que no gustan ni a los que se sienten más madridistas. Pues a Guardiola, al que tanto le gusta aleccionar al personal, le ocurre lo mismito, sólo que de otras formas y a destiempo, como el que se ríe de un chiste pasados cinco segundos. El flemático e ilustrado entrenador, luego de su despedida por desgaste, regurgita: "El Madrid es justo campeón , pero este año han pasado muchísimas cosas que se han escondido detrás de nuestro silencio, pero han pasado...Nos han pitado dos penaltis, ahora ya no importa, ya es un poco tarde". Ninguno de los dos fue penal. La prensa le ha dado a Mourinho ostias hasta en el carné de identidad. Y más que merecidas. Las ruedas de prensa de Karanka son una verdadera vergüenza. Entiendo a los culés que defienden a Guardiola, aunque alguno lo protegería pese a que matase a su madre delante de sus napias; le ha dado mucho al Barcelona. Pero vamos a ver, si Pep dice que es justo campeón, entonces no habría nada más que añadir, el resto sobra: es una pataleta de niño pequeño; llantos de bebé que tiene hambre. No saber perder, digo, es lo más difícil. Así que Guardiola actuó de la misma forma, pero con un molde diferente, que aquellos a los que tanto se ha criticado.
Saber ganar es mucho más fácil, pero no todo el mundo sabe. Debería ser mucho más sencillo. Basta ya de tanta cara avinagrada. ¡Relax, hombres! Pero qué le habrá hecho Susana Guasch a Mou para que no le conteste a una simple pregunta. Nada. El cara de vinagre parece que no sabe disfrutar ni cuando gana. Pues nada, a seguir tragándose al descortés portugués. Me quedo con Casillas.
La afición del Athletic es de diez; para con los suyos, claro. Lección de educación no es que dieran, pero qué se va a pedir en un campo de fútbol, si es que hace las veces de saco de boxeo que uno utiliza para desquitarse y soltar su ira. Ahora bien, a Ronaldo le cayeron por todos lados y, aún así, no se borró del partido, ni fallando un penalti que le alejaba del pichichi; siguió luchando. Grandísimo jugador que debería, pese a todo -ni aunque le llamen y canten tonto-, mantener la calma y ser más correcto en sus gestos.
Así que la Liga se ha terminado. Mentira, se sabe el campeón, pero quedan por decidirse los puestos europeos y los del final de la cola. Y falta el pichichi. Messi lleva 46 goles. He dicho bien, 46. Qué barbaridad, es una auténtica locura. Leo Messi ya es el máximo goleador en una temporada en la historia del fútbol, superando a Muller, con 68 goles. Y Cristiano va a estar ahí, tirándolo todo. Quedan dos partidos y puede pasar de todo.
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